James Joyce: Todos los mares del mundo se e...


Todos los mares del mundo se echaron sobre su corazón. Él la arrastraba hacia dentro, la quería ahogar. Se aferró con la dos manos a la barandilla. br-¡Ven! ¡No! ¡No! ¡No! Era imposible. En un ataque de furor sus manos se agarrón a los barrotes. Desde el medio del mar llego un grito de angustia: -¡Eveline! ¡Evy! Corrió hasta más allá de la barrara llamándola para que le siguiera. Le gritaron que continuara, pero él seguía llamándola. Entonces ella le mostró el rostrobrpálido, como el de un animal desvalido. Sus ojos no le dieron ninguna señal de amor o de adiós o de gratitud.

James Joyce


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