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Valérie Tasso: Cada vez que al sexo le estamo...

Cada vez que al sexo le estamos dando una medida creamos disminuidos

Valérie Tasso

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cada quien tiene el gobierno que merece lo bueno si breve dos veces bueno solo queda amar sin medida hasta el verdadero amor encontrar marc twain cada día oportunidad patria de cada día leopoldo de luis

En el flujo y reflujo de nuestras pasiones y quehaceres (escindidos siempre, siempre yo y mi doble y el doble de mi otro yo), hay un momento en que todo pacta. Los contrarios no desaparecen, pero se funden por un instante. Es algo asÃ como una suspensiÃ³n del Ã¡nimo: el tiempo no pesa. Los Upanishad enseÃ±an que esta reconciliaciÃ³n es ?ananda? o deleito con lo Uno. Cierto, pocos son capaces de alcanzar tal estado. Pero todos, alguna vez, asÃ haya sido por una fracciÃ³n de segundo, hemos vislumbrado algo semejante. No es necesario ser un mÃstico para rozar esta certidumbre. Todos hemos sido niÃ±os. Todos hemos amado. El amor es un estado de reuniÃ³n y participaciÃ³n, abierto a los hombres : en el acto amoroso la conciencia es como la ola que, vencido el obstÃ¡culo, antes de desplomarse, se yergue en una plenitud en la que todo - forma y movimiento, impulso hacia arriba y fuerza de gravedad - alcanza un equilibrio sin apoyo, sustentado en sÃ mismo. Quietud del movimiento. Y del mismo modo que a travÃ©s de un cuerpo amado entrevemos una vida mÃ¡s plena, mÃ¡s vida que la vida, a travÃ©s del poema vislumbramos el rayo fijo de la poesÃa. Ese instante contiene todos los instantes. Sin dejar de fluir, el tiempo se detiene, colmado de sÃ.

El Arco Y La Lira

Te compraba la sonrisa solo con par de regalos

A tresientas et setenta leguas de las islas del Cabo Verde, hacia la parte del poniente.

Es dulce y piadoso creer que la infusiÃ³n del alma de MarÃa se efectuÃ³ sin pecado original, de modo que en la mismÃsima infusiÃ³n de su alma ella fue tambiÃ©n purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzÃ³ a vivir fue libre de todo pecado.