Hay dos tipos de ególatras: lo que lo admiten y el resto de nosotros.
Laurence Johnston Peter
El ego es un monstruo fascinante.
El fundamento de las enseñanzas de Buddha reside en la compasión y la razón de practicar las enseñanzas es acabar con la persistencia del ego, el enemigo número uno de la compasión.
Un concepto incorrecto engaña al entendimiento; un acto incorrecta degrada al hombre entero y podría demoler la estructura del ego humano.
En todo lo que le rodea, el ególatra solo ve su propio retrato.