¿Qué mejor manera que pasar el domingo recordando a quien lo hizo posible para nosotros? ¡Alabado sea el Señor!
Nos separamos solo para encontrarnos de nuevo.
Qué suerte tengo de tener algo que me obligue a decir adiós.
El dolor de extrañarte es un hermoso recordatorio de la alegría de amarte.
En el amor verdadero, la distancia más pequeña es demasiado grande, y la mayor distancia se puede salvar.