Nada hay más despreciable, ni peligroso, que un malvado que cada noche se va a dormir con la conciencia tranquila
Arturo Pérez-Reverte
Cuando invitamos a Dios a nuestro mundo, él entra. Nos ofrece una multitud de regalos: gozo, paciencia, fortaleza. Las ansiedades llegan, pero no se quedan. Los temores se asoman, pero luego se van. ...
¿Pues sabes una cosa? Que tú también eres como siempre creí que serías: feo como el culo.
Que su desnudez [de la nación], que acompaña la desnudez de la palabra, y la dolorosa desnudez de nuestros muertos, nos ayuden a continuar alumbrando el camino que hace la paz, la justicia y la dign...
¿Cuál es tu deber? La exigencia del día.