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Andy Andrews: La tragedia de la vida no es q...

La tragedia de la vida no es que el hombre pierda, sino que casi gana?.

Andy Andrews

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Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, las pequeÃ±as maneras de representar a la muchacha mÃ¡s fuerte y a la mÃ¡s frÃ¡gil del mundo. Su manÃa de no ponerse gafas para ver el mundo tras el cristal ahumado de su visiÃ³n lastimada; su forma de protegerse. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.
Descubro la extraÃ±a mecÃ¡nica de su corazÃ³n. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleÃ¡ndose con una determinaciÃ³n fuera de lo comÃºn. Aun no he descubierto quÃ© engranaje tiene roto.
El cÃ³digo de acceso a su corazÃ³n cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como la piedra. Por mucho que pruebe con mil combinaciones en formas de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, Â¡Me gusta tanto hacer crujir su concha! Escuchar ese pequeÃ±o ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parece decir "Â¡Sopla!". El sistema de protecciÃ³n volando en dulces pedazos".

La historia de la fotografÃa podrÃa recapitularse como la pugna entre dos imperativos diferentes: el embellecimiento, que proviene de las bellas artes, y la veracidad.

Me drogo pero no vendo cocaÃna...

Actualmente nos enfrentamos a un recrudecido y peligroso empeÃ±o de reescribir y falsificar lo mejor de nuestra historia mÃ¡s reciente en el que parecen coincidir muchos dirigentes polÃticos de la izquierda espaÃ±ola. En otro paÃs que no fuese el nuestro, tan mermado de cuajo democrÃ¡tico, este intento de deslegitimaciÃ³n de nuestra TransiciÃ³n no tendrÃa ninguna posibilidad de Ã©xito. Pero la falta de educaciÃ³n y pedagogÃa democrÃ¡tica que ha existido en EspaÃ±a puede pasarnos factura. Muchos jÃ³venes no saben que el perdÃ³n entre vencedores y vencidos de la Guerra Civil y el olvido de sus secuelas que se acordÃ³ en la TransiciÃ³n no significÃ³ ningÃºn empate: la democracia venciÃ³ por goleada. Apelo a que hagamos un esfuerzo para que los sobrevenidos nostÃ¡lgicos del rÃ©gimen franquista, Ã©stos que han descubierto que contra Franco vivÃan mejor, no nos impongan sus mentiras, sus odios y sus obsesiones.