Maldito sea el malpensado.
Eduardo III de Inglaterra
Es algo muy simple. Todo lo que tiene forma desaparece antes o después. Sin embargo, hay un tipo de sentimientos que permanecen para siempre.
Bienaventurados sean los olvidadizos ya que vuelven a tropezar con la misma piedra.
Ambiguo... impreciso... débil e inestable
Dios es Padre, más aún, es madre.