Los únicos ideales que vale la pena tener son los que puedes aplicar a la vida diaria. Y al mundo.
Bono
El placer no es sino la felicidad de una parte del cuerpo.
La avaricia es la más desinteresada de las pasiones, ya que exige una abnegación, a veces de magnitud heroica.
La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella.
Como los trenes, las buenas ideas llegan con retraso.