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Anaïs Nin: No vemos las cosas como son, l...

No vemos las cosas como son, las vemos como somos

Anaïs Nin

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El mejor antÃdoto para una ofensa es responder con un acto de benevolencia o generosidad hacia alguien mÃ¡s. Al hacerlo, estarÃ¡ eligiendo alquilar mÃ¡s espacio en su corazÃ³n al amor y no a la falta de perdÃ³n, al odio, la ira, la amargura o a otras emociones tÃ³xicas. NiÃ©guese a regalar su salud emocional y fÃsica. El ex presidente de SudÃ¡frica Nelson Mandela, cuando se le preguntÃ³ cÃ³mo sobreviviÃ³ a los aÃ±os en prisiÃ³n sin volverse amargado, respondiÃ³: Â«La amargura solamente nos lastima a nosotros mismos. Si odias, estarÃ¡s dÃ¡ndole a esa persona tu mente y tu corazÃ³n. No regales ni desperdicies esas cosasÂ».

Preveo que el hombre se resignarÃ¡ cada dÃa a empresas mÃ¡s atroces; pronto no habrÃ¡ sino guerreros y bandoleros; les doy este consejo: Â´El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el pasado.

Para que el bienestar se transforme en realidad, se necesita que el capital deje de ser considerado como propiedad privada del acaparador. El instrumento de producciÃ³n debe ser la propiedad comÃºn para que el espÃritu colectivo saque los mÃ¡ximos beneficios para todos. Hay que expropiar. El bienestar de todos es el fin. La expropiaciÃ³n, el medio. El problema de la expropiaciÃ³n no se resuelve por la vÃa legislativa. Pobres y ricos saben que los gobiernos actuales ni los por venir, puede resolverlo. Se siente la necesidad de una revoluciÃ³n social, y ni a unos ni a otros se les oculta que esta revoluciÃ³n estÃ¡ prÃ³xima. Â¿De dÃ³nde vendrÃ¡ la revoluciÃ³n?, Â¿CÃ³mo se anunciarÃ¡? IncÃ³gnita. Pero los observadores y quienes meditan no lo dudan: trabajadores, explotadores, revolucionarios, conservadores, pensadores y hombres prÃ¡cticos, todos afirman que estÃ¡ llamando a nuestras puertas

A JesÃºs siempre se va y se "vuelve" por MarÃa.