Virginia Woolf: se dirigió al extremo opuesto...


se dirigió al extremo opuesto del salón, haica un rincón en penumbra donde colgaba un espejo, y se miró. ¡No! No iba bien. Y de inmediato la congoja que siempre intentaba ocultar, la profunda insatisfacción - la sensación que tenía, desde que era niña, de ser inferior a los demás -, se apoderó de ella, implacable, despiadada, con tal intensidad que no podía rechazarla

Virginia Woolf


Temáticas Relacionadas