Imagino esas charlas que en mi honor han de entablar.
Ricardo Arjona
¿Han dejado ya de llorar los corderos, Clarice?
Cuanto más altas sean tus metas, más necesidad tendrás de cambiar los corazones, las mentalidades y las acciones de la gente.
Hacía avanzar la canción despacio, pero no pesadamente. La tocaba con la lentitud de un beso lujurioso. Y no es que en esa época de mi vida yo supiera mucho de besos. Pero viéndola allí de pie, c...
Lo más incomparable acerca del mundo es que es comprensible.