¡Cuánto daño, y todavía se reverencia e idolatra a uno de los más grandes destructores de la economía nacional! Casi se le reza ante los altares de la patria a este soñador suicida que hundió más en la miseria a quien deseaba ayudar. Cárdenas nos condujo al infierno, eso sí, con paternal cariño?
Francisco Martín Moreno