La respuesta genial siempre se nos ocurre 5 minutos después de haber dado una respuesta estúpida.
Quino
Quizás no fui lo que querías, y tampoco lo que necesitabas, pero una cosa es real, resulté ser más de lo que merecías.
¿No tienen muletas para el ánimo?
Y ahora, por favor, enséñenos cosas realmente importantes.
Y claro, el drama de ser presidente es que si uno se pone a resolver los problemas de Estado no le queda tiempo para gobernar.