En casa lejana
de barro y depaja,
el niño Benito
nació una mañana.
Vestido de manta
y jerga de lana
soñaba mirando
el agua encantada.
Tocaba su flauta,
su flauta tocaba
y las ovejitas
balaban, balaban.
Y aquel indiecito,
calmando sus ansias
valiente se marcha
con rumbo a Oaxaca.
Y fue licenciado,
llegó a Presidente.
¡ Que viva el gran Juárez !
¡ Que vivan sus leyes!
Benito Juarez