Todos se vuelven cada vez más rápidos y yo cada vez más viejo.
Edwin Moses
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
Soneto
El editor Francisco Arellano, disfrazado de
Humprey Bogart, tranquiliza al poeta en un
momento de ansiedad, recordándole un pasaje
de Píndaro, Pípticas VIII 96
Sin mujer, sin amigos, sin d...
Los hombres son absurdos, se entretienen en trazar rompecabezas con las cosas del cielo, como si no tuvieran bastantes quebraderos de cabeza aquí en la tierra.
Si nuestros amigos nos hacen favores, pensamos que nos los deben a título de amigos, pero no pensamos que no nos deben su amistad.