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Nos hemos tomado en serio aquello con lo...




Nos hemos tomado en serio aquello con lo cual solo nos estaba permitido bromear (y viceversa).


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 lucha por aquello que quieres  serio  un niÑo que estaba por nacer

Jazmín

Para Quinín García de la Bárcena

Amiga mía, a veces si estoy leyendo y llueve
como ahora, tu voz parece oírse cerca,
por entre los grabados del pasillo y la cal
que intenta ser imagen de un callejón de Córdoba.

Brilla en el vaso apenas un copo de jazmines,
el fugitivo olor que tu mano ordenaba
sobre el mantel listado, con el pan y el cubierto
de la ternura abierta en la frugal vianda.

¿Te olvidamos un poco? Tú cruzas silenciosa.
Nuestros días se han hecho sordos y no esperamos,
con la vejez terrible, unas lágrimas frescas.
El llanto es privilegio de los amores jóvenes.

Mas tu perfil en sepia de la fotografía
me lleva hasta los libres, primeros años 30:
las trenzas -Lily Cépannek- en diadema de mieses,
la angostura del cóctel, la rosa de un abdullah.

Aquel túnel de sangre del verano... Chirriando
se detuvo el expreso en andenes hostiles
y atrás quedó el bagaje y el inútil retorno
talló de sales duras la mirada al pasado.

Luego, ya tejedora de bufandas de hastío,
vas y vienes, levantas el estor, la sonrisa,
y en el alféizar húmedo desmenuzas las migas
doradas para el ave mortal de la tristeza.

Oscurece tan pronto. Obediente a los signos
caminas al encuentro en el atrio sombrío.
Fulge a la luna el miedo cipresal de la noche
y está el naipe marcado con la indecible cifra.
La vida es muy traicionera, y cada uno se las ingenia como puede para mantener a raya el horror, la tristeza y la soledad. Yo lo hago con mis libros.
La tierra está más abrumada por el peso del pecado que por el de la población.
Nadie envejece por el mero hecho de vivir un cierto numero de años. Se envejece por el abandono de los ideales.