Nuestros defectos son como nuestros olores corporales: no los percibimos y no molestan, salvo a quienes están con nosotros.
Anna Teresa Lambert
Reliquias
Tías siempre observadas
por aquel laberinto de retratos,
con sus piernas de pájaro enredadas
en ovillos de lanas de colores.
Un camafeo guarda los cabellos
que el afán de la muerte ha de...
La fortuna juega a favor de una mente preparada.
El padre debe ser el amigo, el confidente, no el tirano de sus hijos.
En lo que nos toque ser en la vida hay que tratar de ser el mejor, pero jamás creerse el mejor.