Somos esclavos de lo que decimos y seño...

Somos esclavos de lo que decimos y señores de nuestros silencios.
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Tala
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pel...

Toma consejo en el vino, pero decide después con agua.

Feliz el hombre que puede reírse de sí mismo. Nunca le faltará motivo de diversión.

El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar.