Es mi fe tan cumplida que adoro a Dios, aunque me dio la vida.
Ramón de Campoamor
Para reducir lo infinito a lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, no hay más que un camino: la concentración.
Si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los mo...
Cuando gozamos de salud, fácilmente damos buenos consejos a los enfermos.
Cuanto más vacío está el corazón, tanto más me pesa.