Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos.
Confucio
Antes de volver a nacer, tienes que morir.
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, solo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
La burla y el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos se perdonan.
Al hablar, como al guisar, su granito de sal.