No son mis espinas las que me defienden, dice la rosa, es mi perfume.
Paul Claudel
Cuando los grandes hombres se dejan abatir por la duración de sus infortunios, demuestran que solo los soportaban por la fuerza de su ambición, y no por la de su ánimo, y que, sin más diferencia q...
En el mismo lugar se obstina el pájaro carpintero al atardecer.
La costumbre es la gran guía de la vida humana.
El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho.