Lloro por ti en la cama, lloro por ti en mi balcón, pero como se que vendrás a buscarme, mi vida se vuelve a color.
Anenita
El matrimonio es como la muerte; pocos llegan a él preparados.
Realmente eres tú la respuesta más sutil e idónea que jamás imagine hallar en las indescifrables ecuaciones del amor
Perdido en el mundo de tu mirada, pero refugiado en la calidez de tus labios
Y fueron tus ojos, tus sublimes besos y hasta los más ínfimos gestos los que sedujeron mi mente, doblegaron mi espíritu y me sumergieron y casi me ahogué en ese mar que no conoce de profundidades...