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Luis M. Flaker: la felicidad se ha convertido ...

la felicidad se ha convertido en la excusa de la alegria

Luis M. Flaker

Muerto de Amor

A Margarita Manso

Â¿QuÃ© es aquello que reluce
por los altos corredores?
Cierra la puerta, hijo mÃo,
acaban de dar las once.
En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles.
SerÃ¡ que la gente aquella
estarÃ¡ fregando el cobre.

Ajo de agÃ³nica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.
La noche llama temblando
al cristal de los balcones,
perseguida por los mil
perros que no la conocen,
y un olor de vino y Ã¡mbar
viene de los corredores.

Brisas de caÃ±a mojada
y rumor de viejas voces,
resonaban por el arco
roto de la media noche.
Bueyes y rosas dormÃan.
Solo por los corredores
las cuatro luces clamaban
con el furor de San Jorge.

Tristes mujeres del valle
bajaban su sangre de hombre,
tranquila de flor cortada
y amarga de muslo joven.
Viejas mujeres del rÃo
lloraban al pie del monte,
un minuto intransitable
de cabelleras y nombres.
Fachadas de cal, ponÃan
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.
Madre, cuando yo me muera,
que se enteren los seÃ±ores.
Pon telegramas azules
que vayan del Sur al Norte.
Siete gritos, siete sangres,
siete adormideras dobles,
quebraron opacas lunas
en los oscuros salones.
Lleno de manos cortadas
y coronitas de flores,
el mar de los juramentos
resonaba, no sÃ© donde.
Y el cielo daba portazos
al brusco rumor del bosque,
mientras clamaban las luces
en los altos corredores.

NO LE DES LA VUELTA A LA TORMENTA POR QUE ALFINAL SERAS TU EL QUE PAGE LA CUENTA

Penumbra

Nunca podrÃ¡s ver nada claramente:
todo es zarzal, espinas y maraÃ±a.
En vano gastarÃ¡s toda tu maÃ±a
contra el dorado pÃ¡jaro latente.

Errado el tiro, vuelves bruscamente
el arma hacia otro lado, mas te engaÃ±a
la jugada de sol que el Ã¡rbol baÃ±a.
Te vuelves loco y lloras tristemente.

Todo del tonel sale de la vida
tosco, deforme y dando tropezones.
Dejas pasar los aÃ±os y su herida,

y cuando quieras darte explicaciones
ni te sirviÃ³ la espuela ni la brida:
un pÃ©talo fue mÃ¡s que tus razones.

La paradoja del "AMOR" es ser uno mismo, din dejar de ser dos......