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Joao Regala: La angustia de volver al traba...

La angustia de volver al trabajo es peor para el corazón que el colesterol o una fuerte tensión arterial.

Joao Regala

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Ni sacerdote ni soldado han de sentir la inquietud de la duda.

Isla Ignorada

Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por Ã¡rboles jugosos,
-en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de NADA,
sola sÃ³lo-.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por Ã¡ngeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.

QuizÃ¡ haya algÃºn tesoro
muy dentro de mi entraÃ±a.
Â¡QuiÃ©n sabe si yo tengo
diamante en mi montaÃ±a,
o tan solo un pequeÃ±o pedazo de carbÃ³n!
Los Ã¡rboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
Â¡QuÃ© bien sonÃ¡is a veces
si el gran mÃºsico viento
os toca cuando viene del mar que me rodea!

* * *

A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
-manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo-.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz -que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo-.

Para mÃ es un placer ser ignorada,
isla ignorada del ocÃ©ano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
SÃ TODO, porque vino un misionero
y me dejÃ³ una Cruz para la vida
-para la muerte me dejÃ³ un misterio-.

Tono de Conjuro

Cada grito que pide un lunar eco
es la sed que atormenta a un Ã¡rbol seco.

Cada piedra que sola se levanta
es la estela de un dios que nadie canta.

Cada surco de cal, cada amargura
es el muro sin luz de mi locura.

Cada rosa de vidrio, cada llama
es la voz de un temblor que me reclama.

Cada playa sin mar, cada desnudo
es el campo de sol que nunca eludo.

Cada sangre que sÃ©, cada manzana
es la senda, del mundo, mÃ¡s lejana.

Cada verso que escribo, cada canto
es tan solo un conjuro; solo tanto.

Una filosofÃa que no sirve para resolver los problemas de la vida cotidiana, para curar las heridas del alma, no interesa.