Nocturno
Eres la primera que te me paseas por aquÃ
en mucho tiempo a la redonda:
«VÃveme, vÃveme, yo soy inagotable»,
con tu absurda existencia al desnudo:
«has visto tú qué linda soy dÃmelo chico»
pequeños senos duros rompeolas y el juego de las nalguitas:
«me canso en todo, menos en esto»
Y apruebo lo de mulata canela que te dicen, el relajo
ése de «óyeme, enfermona, tú,
que no somos de palo ni de hierros»
Vaya, como en cada uno de tus condenadas historias
jálate también aquà una conga del carajo.
Enrique Lihn