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ana franco: Fer, hijo: No inmaginas cual v...

Fer, hijo:
No inmaginas cual vacio haz dejado! Tengo 3 semanas sin reir. Vienen a mi tantos recuerdos! Sera que solo eso me daras?

ana franco

Este Es El Punto Exacto...

Este es el punto exacto.
AquÃ
-entre la cuerda rota
e inmÃ³vil de las horas-
se para
cristalina
la rueda de la noche.

AquÃ
-la luna entre salas desiertas
de madurez-
comienza
silenciosa
la rueda del alba.

Siento un amor que me carcome por dentro y se mezcla con las sangre entre mis venas, para impulsarme cada dÃa a alcanzar la meta.

El Alba InÃºtil

A los labios del hombre taciturno, la aurora
trajo un ebrio recuerdo de olvidados cantares.
El alba en las pupilas noctÃ¡mbulas habÃa
sorprendido la angustia de las viejas saudades.
En los cÃrculos hondos de las mustias ojeras
se azulaba un exceso de veladas sensuales.
VertiÃ³ el vino de Francia
en la copa vibrante.
-La noche prolongaban
los grises cortinajes-.
MirÃ³ la flor marchita
de su frac un instante,
y evocÃ³ vagamente:
Casi estaba desnuda
en la fiebre del baile.
El breve seno apenas
velaban los encajes.
OprimÃa la espalda
la caricia insinuante
que vagaba furtiva
de deseos. El talle
cedÃa entre su brazo
como un junco ondulante.
DespuÃ©s... aun mÃ¡s desnuda
la tuvo que en el vals,
y pensÃ³ vagamente:
Flor y mujer, vosotras
sÃ³lo durÃ¡is un baile.
-En la mano brillaba la herÃ¡ldica sortija
herencia antigua y noble de un tiempo inmemorable.
TrÃ©mula entre los dedos fatigados, la copa
despertÃ³ una aÃ±oranza de mujeres fugaces-.

* * *

Las lÃ¡mparas habÃan develado la alcoba.
El alba subrayaba de luz los ventanales.
Las severas efigies de los antepasados
miraban desde el fondo de remotas edades.
Con un grito argentado de dagas, la panoplia
al nieto recordaba las glorias ancestrales.
DejÃ³ la copa exhausta
sobre la mesa grave.
DescorriÃ³ silencioso
los grises cortinajes,
y pensÃ³ vagamente:
Â¿Y de todo quÃ© resta
tras el sensual alarde?
Solo una flor marchita
en la seda del traje.
-En las manos del hombre taciturno, la aurora
palideciÃ³ una huella de victorias cobardes-.

Juventud retenida, en el arcÃ³n
de los recuerdosâ¦.
AÃ±os de insensatez que todavÃa aÃºn
los siento, como aleteos de pÃ¡jaros,
en mis dÃas a pleno sol.
Llegan a mÃ sutilmenteâ¦ iluminando mis sueÃ±os,
como eternos pasajeros
que desembarcan un valioso equipaje,
en cada puerto.