Sagradas Escrituras: Oh Dios, oye mi voz cuando me ...


Oh Dios, oye mi voz cuando me lamento, defiéndeme del temor de mi enemigo. Protégeme del complot de los malvados y de las maniobras de gentes criminales. Que afilan sus lenguas como espadas y lanzan como flechas palabras venenosas. Para herir a traición al inocente, de improviso y a lo seguro. Se animan unos a otros para hacer maldades, se cuentan cómo tendieron lazos ocultos, diciendo ¿quién nos va a ver? Urden planes perversos, y cada uno secretamente guarda alguna trampa en su corazón. Pero Dios les lanza sus flechas, de repente se ven heridos: sus calumnias los perdieron, y todos al verlos menean la cabeza. Los hombres entonces tendrán miedo, reconocerán la mano de Dios y comprenderán su proceder. El justo se alegrará en el Señor y en él confiará; y se felicitarán los de alma recta.

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