Sagradas Escrituras: Consejos de prudencia. No disc...


Consejos de prudencia. No discutas con el hombre poderoso, no sea que caigas en sus manos. No tengas pleito con el hombre rico, no sea que te oponga su peso. Pues el oro eliminó a muchos y corrompió hasta la conciencia de los reyes. No disputes con el hombre hablador, sería echar leña a su fuego. No bromees con el hombre grosero, no sea que ofenda a tus padres. No humilles al pecador arrepentido, ¡recuerda que todos somos pecadores! No desprecies la doctrina de los sabios; aplícate más bien a sus preceptos. Con ellos aprenderás a vivir, y también a servir a los grandes. No deseches las lecciones de los ancianos, que ellos las aprendieron de sus padres. Ellas te abrirán el entendimiento y podrás responder en el momento preciso. No te justifiques ante un hombre sobrado; se valdría contra ti de tus propias palabras. No prestes al más fuerte que tú; si le has prestado, dalo por perdido. No te comprometas más allá de lo que puedes, que si lo haces tendrás que pagar. No entres en pleito con un juez, que por su calidad de tal ganará el pleito. No camines junto al temerario no sea que te resulte pesado, pues él obrará según su antojo y perecerás también por su locura. No disputes con el hombre violento ni te alejes con él por lugares solitarios; para él la sangre no importa nada y, en cuanto te vea indefenso, se echará sobre ti. No tengas consejo con el necio, porque no podrá callar lo que hayas dicho. No hagas nada secreto ante un extraño, porque no sabes cómo reaccionará. No descubras a cualquiera tus pensamientos; no sabría agradecértelo.

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