Sagradas Escrituras: Actitud con las mujeres. No te...


Actitud con las mujeres. No tengas celo de tu propia esposa: le vendrían tentaciones para desgracia tuya. No te entregues completamente a una mujer, no sea que llegue a dominarte. No te acerques a la mujer fácil, que puedes caer en sus redes. No te demores con la mujer graciosa, para no quedar prendido en sus enredos. No te fijes en la jovencita, para no ser castigado con ella. No te entregues a las prostitutas, para no perder tu herencia. No pasees tu mirada por las calles de la ciudad, ni antes vagabundeando por lugares solitarios. Aparta tus ojos de la mujer hermosa. No te quedes mirando la belleza ajena. La belleza de la mujer ha perdido a muchos, junto a ella se inflama como fuego. No te sientes nunca al lado de la mujer casada. No festejes ni tomes vino con ella, no sea que tu corazón se incline hacia ella y tu deseo te lleve a la perdición. No abandones a tu viejo amigo, que el nuevo no se le iguala. Vino nuevo, amigo nuevo, si se vuelve añejo lo beberás con alegría. No envidies el éxito del pecador, que no sabes cuál será su suerte. No te sientas feliz con la aprobación de los impíos, recuerda que serán condenados antes de la muerte. Mantente alejado del hombre que tiene poder de matar y no sentirás miedo a la muerte. Si te acercas a él no te descuides, que te puede quitar la vida; sábete que caminas entre trampas y andas sobre murallas. En cuanto puedas, muéstrate sociable, y busca la compañía de la gente responsable. Que te guste conversar con los hombres inteligentes y que tu conversación siempre sea sobre la Ley del Altísimo. Que se vean en tu mesa los hombres buenos, enorgullécete de tu temor del Señor. Se juzga del artesano por sus obras, y del dirigente por la sabiduría de sus discursos. El hombre hablador es temido en la ciudad; el que habla disparates se hace odioso.

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