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Julito: cada persona es un mundo con s...




cada persona es un mundo con sus propios principios metafisicos,quizas la ley de la gravedad no sea la misma para todas las personas

 Julito



lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.
Hace días me encontraba escribiendo pensamientos de "AMOR"
Y hoy escribo mi trizte DESILUCION . . .
Adios, Amor en estas líneas me despido de ti. Ya que no tengo el valor
de hacerlo de frente,ni siquiera con una yamada.
agradesco las veces que mentiste diciendome:
Te Amo,solo para hacerme sentir bien,hoy renuncio a
esa fantasia,se que esto terminaria tarde o temprano
y prefiero que sea ahora.Antes de que el Amor que te Tengo
sea mas fuerte. y la despedida lastime mas.
sabes, mi corazon se desgarra con el solo hecho de
saber que no escuchara mas tu voz. Perdon por Enamorarme de ty
Por soñar contigo,por creer que podia inspirar amor en tu ser. . .
Por Amarte inmensamente. no te guardo rencor,como
hacerlo si despertaste en mi la ilusion.Amor es perdonar y yo te Perdono y te Bendigo .
Te Amare por Siempre
tu recuerdo perdurara siempre en my.
La Hoguera

Esta es, amor, la rosa que me diste
el día en que los dioses nos hablaron.
Las palabras ardieron y callaron.
La rosa a la ceniza se resiste.

Todavía las horas me reviste
de su fiel esplendor. Que no tocaron
su cuerpo las tormentas que asolaron
mi mundo y todo cuanto en él existe.

Si cruzas otra vez junto a mi vida
hallará tu mirada sorprendida
una hoguera de extraño poderío.

Será la rosa que morir no sabe,
y que al paso del tiempo ya no cabe
con su fulgor dentro del pecho mío.
Muerte Nupcial

El lecho, aquella hierba de ayer y de mañana:
este lienzo de ahora sobre madera aún verde,
flota como la tierra, se sume en la besana
donde el deseo encuentra los ojos y los pierde.

Pasar por unos ojos como por un desierto;
como por dos ciudades que ni un amor contienen.
Mirada que va y vuelve sin haber descubierto
el corazón a nadie, que todos la enarenen.

Mis ojos encontraron en un rincón los tuyos.
Se descubrieron mudos entre las dos miradas.
Sentimos recorrernos un palomar de arrullos,
y un grupo de arrebatos de alas arrebatadas.

Cuanto más se miraban más se hallaban: más hondos
se veían, más lejos, más en uno fundidos.
El corazón se puso, y el mundo, más redondos.
Atravesaba el lecho la patria de los nidos.

Entonces, el anhelo creciente, la distancia
que va de hueso a hueso recorrida y unida,
al aspirar del todo la imperiosa fragancia;
proyectamos los cuerpos más allá de la vida.

Expiramos del todo. ¡Qué absoluto portento!
¡Qué total fue la dicha de mirarse abrazados,
desplegados los ojos hacia arriba un momento,
y al momento hacia abajo con los ojos plegados!

Pero no moriremos. Fue tan cálidamente
consumada la vida como el sol, su mirada.
No es posible perdernos. Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada.