luis ricardo: El volumen del silencio (Incid...


El volumen del silencio (Incidente)
Luis Ricardo g. Romero.

Como otras veces le vi de prisa, en boca de todos los que bajan la vista al reloj; No recuerdo que fuera buen amigo de los solos, los sin aliento, y de todo cuerpo que navega en la trivialidad, pero aun así, con el desprecio del que siempre era víctima, buscaba hurgar otros como lo hizo conmigo. No sé, si me preguntas por él, te diré que era pequeño, pero cuando los años más grises se hospedaron en mi cabello, fue más alto y más largo. Llegue escuchar dictados que le describían como aburrido, siempre portando el uniforme distinguido de su oficio tan mermado.
- seguramente nada agraciado pero de nosotros es fiel compañero.
Muchas personalidades fueron amigos, lo fue Gandhi, lo fue Sócrates, lo fue Cristo, ellos seguían su escuela y su escuela era protegida por él.
En cierta ocasión ya en confianza le pregunte su nombre, me contestó que repudiaba ese molesto “¡sshhhh!” con el que le relacionaban, porque hacia todo lo contario a su obra; pero contento me dijo nada, calladamente me cerró los labios y dio de golpe su apellido. Siempre le veo, comúnmente por las noches o durante todo el día - cuando se filtra en mí el espíritu de reflexión-; compañero del colchón, amigo de mi almohada. Efímero y eterno en cada momento. “-ojalá me presentaras otros amigos, para juntarnos y entonces comenzar la tertulia”… -me expresó.
De una manera disipada en un imperativo minuto se escuchó el sonido similar al momento en que Morfeo toma el cuerpo y lo dispone a soñar.
Silencio, sí, silenció.


luis ricardo