Rafael Michel: Rafael Michel En lugares recó...


Rafael Michel

En lugares recónditos del planeta -con y sin autorización de las autoridades- hay y seguirá habiendo venta de todo lo ilegal. En la actualidad se destaca todo para lo ilegal. Para conseguir lo que está fuera de la ley. Para desestabilizar lo contrario a nuestros intereses y hasta para matar. Sí para liquidar al rival de quén creen que le estorba.
En México, dice el diario de circulación nacional -El Universal- que en el barrio de Tepito ha surgido un nuevo negocio: la renta de motos y armas de fuego, en paquete. Los clientes principales son jóvenes que usan ambas “herramientas” para asaltar, y a veces para matar. Aunque no es el único lugar donde se pueden conseguir armas, la zona se ha convertido en el arsenal que abastece a cárteles del narcotráfico.

De acuerdo con fuentes consultadas y con una investigación en esa colonia de la capital del país, la oferta de armamento es variada y está al alcance de quien tenga, al menos, 3 mil pesos.

Los comerciantes aclaran que los precios son más accesibles si las armas han sido “quemadas” (utilizadas). Una 9 milímetros “limpia” (nueva) se consigue en 12 mil pesos y las de asalto, como la AK-47, en 15 mil pesos. Estas últimas, como las granadas, solo se otorgan “por pedido”.

En el barrio, la renta de motos y armas funciona a la vista, pero tomar fotografías o videograbar es una actividad prohibida. “Mejor no lo hagan, aquí estamos bien pesados”, es la advertencia de los jóvenes, avalada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, quienes hacen la misma petición, para luego chocar la mano de los que lanzaron la primera petición.

A Tepito, reportan los entrevistados, llegan remesas mensuales o quincenales y se distribuyen a diferentes destinos. En los cargamentos hay revólveres, metralletas, rifles y lanzagranadas, muchos de ellos, reconocen, terminan en posesión de los grupos del crimen organizado.

“Cada 15 días o cada mes me llegan pedidos fuertes: desde 20 hasta 60 armas”, afirma quien dice tener ocho años dedicado a ese negocio.

Lo recabado en el barrio contradice al informe “Tráfico de armas México-USA”, difundido por la Procuraduría General de la República en 2009. Según ese documento, el ingreso de armas se realiza mediante “operaciones hormiga” (en pequeñas cantidades), y no hay grupos del crimen organizado dedicados a esta actividad.

Un porcentaje de las armas, dice el vendedor, llega también de México, a través de personal de la Secretaría de la Defensa que ofrece parte del armamento decomisado en operativos o robado del propio arsenal de la dependencia.

Investigadores señalan que los puntos de venta de armas ilegales existen en todo el país. Georgina Sánchez, del Colectivo por la Seguridad con Democracia y Derechos Humanos, menciona que hay 15 millones de armas ilegales en el país: “Una estimación muy conservadora”.

Mario Arroyo, del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, expresa que ante la fácil disponibilidad y la inseguridad, los ciudadanos están optando por tener un arma para su protección, “lo cual eleva los niveles de violencia”.

Del total de armas registradas ante la Sedena, entre 40% y 45% (alrededor de un millón 400 mil) están en manos de civiles; 25% son manejadas por personal de seguridad privada y el resto por corporaciones de seguridad pública
Desde Tijuana hasta el centro de la República Mexicana y en todos lados del mundo, mientras haya compra venta de lo ilegal y se fomenten los antivalores habrá ganancias millonarias de lo no permitido. De eso no hay duda.


Rafael Michel


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