Poema Xxvii
Miro siempre al sol que se va
porque no sé qué algo mío se lleva.
Dulce María Loynaz
Pasan misiles ahítos de barbarie globalizados
Si usted puede caminar, usted puede bailar; si usted puede hablar, usted puede cantar.
El hombre crece, florece y se renueva constantemente en el amor, o muere.
No nací en un rincón remoto: mi patria es el mundo entero.