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Albert Schweitzer: Mientras el círculo de su com...

Mientras el círculo de su compasión no abarque a todos los seres vivos, el hombre no hallará la paz por sí mismo.

Albert Schweitzer

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Se repartiÃ³ mi alma para formar tu alma. y fueron nueve lunas y fue toda una angustia de dÃas sin reposo y noches desveladas.

Trato de aplicar colores como palabras que forman poemas, como notas que forman mÃºsica.

Al llegar a viejos las costumbres se vuelven tiranÃas.

Hoja Al Aire, Indefensa...

Hoja al aire, indefensa, detenida
apenas, Ãºnica en el Ã¡rbol
enrojecido y respirante; ojo
sobresaltado, abierto, lÃºcido:
en el temor mi corazÃ³n. Asfixia,
duermevela con fantasma inminente.
Deshabitado el traje suspendido,
suena con un temblor de piel que busca
su bestia desollada, su materia
de bestia prÃ³xima pudriÃ©ndose.
Oh, muerta, muerta, muerta.

Ineficaz del todo fue la sÃ¡bana
subida hasta la nuca;
fija por nuca y manos, escudando
de la noche agresora y sus viscosos
jirones; y sucumben la garganta,
y los flancos y el vientre
sin armazÃ³n de hueso que los guarde.

Y quÃ© de lo que pasa
clandestino, mimÃ©tico sombrÃo;
lo invisible y con ruido, comprensible
por el tacto pasivo; la caÃda
al hielo tenue que dimana
del espinazo, y a la lengua
que tiembla y enmudece,
y al paladar de bÃ³veda eclesiÃ¡stica.

Ahora bien. Â¿Soy este que se calla?
Â¿Soy el que gime lejos? Â¿El que viene
soy, el que va saliendo, el que se queda?
Â¿Para quÃ© servirÃ¡, de quÃ© me vale
querer, sabiendo lo que sigue?
Si la sonda desciende, naufragada
sin esperanza y sin regreso,
al fondo inalcanzable que le huye.

Yo conozco las caras que se parten
en dos y en otras dos y en otras;
elementales casi formas
disfrazadas de ausentes enemigos.

Y en torno crujen las marchitas
maderas lamentables,
como un otoÃ±o cruje, como crujen
barcos difuntos, abrasados troncos,
alas crispadas y caducas
de domingos de ramos polvorientos.