Te soñé, sentada en un banco de la plaza, esperando bajos los rayos del sol a medio día, no sabia que hacías, me aproxime y me di cuenta no veías, al sentir mi presencia, me llamaste y sin saber porque me diste un beso apasionado, loco, enamorado, tan dulce que desperté, y que suerte la mía, estabas junto a mi, pero tus ojos ahora se habrían y sonreías, porque te besaba y llorando te lo pedía.
Norberto Ramon Sanchez