Nos habita el paraíso ungido de fragancias tatuamos en la piel arcángeles inermes y dejamos así -balsa y fuego- las próximas estrellas de quietud en la memoria.
Delia Quiñonez
Antes de que la luz del sol pueda brillar a través de la ventana, deben levantarse las persianas.
A buen amigo buen abrigo.
Solo en un árbol de la inmensa llanura las cigarras se agrupan.
Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora.