Nancy Vanessa Gonzalez Ortega: Dulce agonia....el depredador ...


Dulce agonia....el depredador


nunca supe cual era su nombre, solo recuerdo el sabor de su sangre en mis labios exitados
la adrenalina corria por mis venas cuando veia su dolor y entre mas sufria mas gozaba, yo
no se que es lo que de ella me atrajo esa noche cuando la vi salir del baresucho ese en la equina
de la calle de las locas.
solo se que su escencia exitaba mis sentidos y la segui unas cuantas calles
antes de llamarla para con un truco estupido atraer su atención
_ oye disculpa.. chica ¿como llego al centro? pregunte
con una mirada extraña y desconfiada volteo a verme sin proliferar palabra
siguio su camino apresurando el paso..... toda ella llamaba mi atención
su forma de caminar, su vestimenta, la melena risada color rojo que llegaba hasta su hombros
la piel blanca y pecosa sus ojos verdes se notaba a leguas que una chica como ella
no pertenecia a ese lugar y me exitaba aun mas.
que hacia alguien asi en un barrio como ese? seguramente era una de esas mujeres doble vida
que aburrida de la monotonia salia a buscar aventura.
seguia detras de ella sin saber hasta donde me llevaria esa atraccion bestial que sentia
corri para tomarla por el brazo la jale hacia un callejon obscuro, tape su boca....ver sus ojos desorbitados
probocaron en mi una ereccion casi instantanea.
comenzo a llorar suplicando con sus ojos y sollozos entrecortados que no la lastimara
mi cuerpo vibraba ardiendo en el deceo, nunca en mi vida senti tantas ganas de poseer a alguna mujer como esa noche
y la tome la hice mia a la fuerza mientras ella lloraba mordi sus senos hasta que broto la tibia sangre que
inundo mis amigdalas llenandome de placer no podia contenerme aunque sabia que eso no estaba bien
mi hombria entraba y salia de su cuerpo haciendome vibrar de placer no se como no supe cuando
pero la tome del cuello y mientras yo alcanzaba el extasis ella perdia el aliento
cuando al fin mi cuerpo sacio su deceo de placer me quede ahí admirando su belleza que se ahora inherte se inundaba de pureza. y la deje ahí tirada me lleve su escencia en mi cuerpo desde entonces me persigue su belleza
y salgo a las calles noche a noche buscando el extasis que con ella sintiera es una dulce agonia soy un depredador de la noche, hasta que ella regrese o hasta que se me acabe la vida.


Nancy Vanessa Gonzalez Ortega