Tus cantos eran para mi
En mis ensueños dos veces te he contemplado,
como ave que tiene dueño,¿y qué podía hacer?,
si él te llevaba enjaulada y tu cantabas bellas melodías,
que alegraban mi corazón,esperanzado en el amor.
¡Loada!
Esos cantos eran para mi,sentíame. ¡dichoso1
Y sin que yo te tuviera: ¡infeliz!
Y apareciste como mujer,a cumplir con tu deber,
Que consumido en soledad,en cumbre silenciosa,
llorabas y llorabas inmensas penas de amor.
Me acerqué a ti...medio temeroso,
sonreíste...me hablaste de tu amor por mi.
Desaparecimos,huyendo,al fondo del barranco.
Miguel Visurraga Sosa