Entrometerse en el desatino del hombre es siempre una faena muy ingrata.
Rudyard Kipling
El pecador debe arrepentirse. Pero ¿por qué? Sencillamente porque de otro modo sería incapaz de darse cuenta de lo que ha hecho. El momento del arrepentimiento es el momento de la iniciación.
He aquí mis tres tesoros. Guárdalos bien. El primero es la piedad; el segundo, la frugalidad; el tercero, la negativa a ser la primera de todas las cosas bajo el cielo.
Lo que satisface el alma es la verdad.
No importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero honestos.