Cuando comencé a trabajar ni me atrevia...

Cuando comencé a trabajar ni me atrevia a soñar que algún día ganaría el sueldo con el que me estoy muriendo de hambre.
Temáticas Relacionadas
Más frases
El silencio es la antesala de la palabra. Sin decir nada, se pueden decir tantas cosas, que, a veces, es mejor callar, y dejar que sea el propio interlocutor el que imagine e interprete lo que se inte...

Antes de juzgar al prójimo, pongámosle a él en nuestro lugar y a nosotros en el suyo, y a buen seguro que será entonces nuestro juicio recto y caritativo
Es preferible ponerse el mejor traje de optimista que uno tenga, cuando menos el traje de la esperanza, y creamos que las cosas se mueven en la medida que seamos capaces de empujarlas desde la honrade...

El infierno es la idea vaga que Dios nos da involuntariamente de sí mismo.