Juan Gil-Albert: En las manos del ocio, un brev...

En las manos del ocio, un breve tiempo abriste tu ala blanca, pregonando el lejano país donde se oculta la oriental primavera.
Juan Gil-Albert
Más frases
Su destreza militar, su valor y virtud habían dado largas experiencias para que se tuviese de él el apreciable concepto en que estaba, habiendo vencido en un desafío al más esforzado de los enemig...
Cualquier transferencia de información a lo largo de la empresa termina difuminando el mensaje. Por eso es necesario en el futuro que las empresas dispongan de pocas capas directivas, aunque con gran...

Contraemos malos hábitos tanto para el estilo como para la escritura. Un espíritu demasiado tenso, un dedo demasiado contraído, perjudican la facilidad, la gracia, la belleza.

Siempre hay que afrontar la realidad de la situación, no engañarse, no esperar que los problemas se resuelvan milagrosamente.