Escribo por el placer de contradecir y por la felicidad de estar solo contra todos
Milan Kundera
El dolor más espantoso es el que vela frío y paralítico en el fondo del corazón.
Una mente fría al servicio de un corazón caliente.
Las mezquitas son nuestros cuarteles, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y los creyentes nuestros soldados
Si quieres a una mujer sin declarárselo, ella se siente adulada por tal timidez y, a sus ojos, tú eres un <<hombre peligroso>>. Pero si tu timidez se prolonga demasiado, se enoja y acaba...