Lo más prudente que acaso hay es hacerse a sí mismo su propio confidente.
Stendhal
Los únicos testigos que prueban el éxito de un especulador de Bolsa son sus herederos
Como artista, me siento en el deber de intentar muchas cosas y atreverme a fallar.
¿Qué queda cuando se ha perdido el honor?
Tenemos el sentimiento de haber asumido nuestra responsabilidad humana.