Me gusta tocar un libro, respirarlo, sentirlo, llevarlo... ¡es algo que una computadora no ofrece!.
Ray Bradbury
A quien nos justifica nuestra desconfianza llamamos enemigo, ladrón de una esperanza.
Al no tener ya miedo de las palabras ¿cómo iba a temer las cosas?
Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en el que el hombre sabe para siempre quién es.
Un mal pequeño es un gran bien.