Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan.
Robert Ingersoll
Creamos situaciones y después renunciamos a nuestro poder culpando a otros de nuestras frustraciones. No hay persona, lugar ni cosa que tenga ningún poder sobre nosotros. En nuestra mente, solo pens...
Me lavo los pies El agua sale de la cubeta ¡Cómo la primavera!.
El deber tiene una gran similitud con la felicidad de los demás.
Que peligroso cuando los diseñadores usan una lengua que la gente no puede entender.