No conozco obstáculo que supere las fuerzas del espíritu humano, salvo la verdad.
Conde de Lautréamont
Mis conciudadanos, nuestra larga pesadilla nacional ha terminado.
El amor entre un hombre y un perro es un idilio.
Así pues, queda de manifiesto que es imposible que este mundo sea eterno y, a la vez, se haya generado.
No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.