De mujer que es madre, nadie nunca mal hable.
Refrán
Es necesario tener el apetito del pobre para gozar la fortuna del rico.
¡qué presto se consolaron, los vivos de quien murió¡, y más cuando el tal difunto, mucha hacienda les dejó.
El hombre está hecho para el trabajo y el ave para volar.
Ante el crisantemo blanco Las tijeras Dudan un instante.