Mientras escribo, puedo controlar mi ansiedad y angustia, gracias a la ayuda inestimable de la ironía y el humor. Pero todas las noches estoy sometido por una ansiedad que no conoce la ironía, y tengo que esperar hasta el día siguiente para volver a descubrir la mezcla de angustia y humor que caracteriza mi forma de escribir y que genera mi estilo.
Enrique Vila-Matas