La máxima felicidad del matrimonio, cosa que los jóvenes ignoraran siempre, es la de envejecer juntos.
Hermann Keyserling
Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o c...
¡Si Yo No Pido Tanto!
Amor es lo que pido.
Briznas de amor para esta sed del mundo,
tan grande y tan sumisa.
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda,
que limpi...
No rías nunca de las lagrimas de un niño. Todos los dolores son iguales.
Vísteme de hermosura el pensamiento, serenidad, perennemente unida al árbol de mi vida a contra viento.