Gustavo Adolfo Bécquer: Nuestra pasión fue un trágic...

Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan.
Gustavo Adolfo Bécquer
Más frases
Soneto de La Dulce Queja
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tr...

Las empresas pobres de desentienden de sus competidores; las empresas del montón copian a sus competidores; las empresas ganadoras marcan el camino a sus competidores.

Cuando una puerta se cierra, aunque no lo veas, otra se abre.

El amor es invisible y entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.